top of page

Bitácora Info y Doc

Comentario documentales – “Victimas de FB”, “Términos y condiciones”, “Netiqueta”

 

A lo largo de la historia, innumerables descubrimientos han sido de gran relevancia para el desarrollo y progreso de la humanidad. Algunos de éstos han llegado incluso a definir el fin de una era y el inicio de una nueva y prometedora época.

El surgimiento de la tecnología y la luego evolucionada “sociedad de la información” han marcado un cambio generacional determinante en la humanidad ya que, como se verá a continuación en éste ensayo, la tecnología y sus innovaciones se presentan como la base e inauguración de una nueva era, una nueva era que quizás llega muy pronto y no estamos preparados para ella.

Notorios cambios se generan a raíz del surgimiento de la sociedad de la información. Desde el nacimiento del internet, por ejemplo, se han ido creando innumerables sitios y redes, los cuales poco a poco han pasado a ser el foco en torno al cual todo y todos giran. Dichos sitios y redes, generan que las personas e instituciones tengan un acceso sencillo e ilimitado a la información, por lo cual se ven afectadas tanto los métodos tradicionales de difusión de la información como las relaciones interpersonales, regidas cada vez más por medios tecnológicos. El tope de dicha situación se dio con la creación de las redes sociales. Iniciando con los difuntos MySpace, Messenger, y actualmente con Facebook, Twitter, Whatsapp, Instagram, Snapchat etc. , las redes sociales han convertido al mundo, y sus tradicionales métodos, en un lugar completamente nuevo, caracterizado ahora por la globalización. Sin embargo, si bien este mundo globalizado parece ser una gran página de la historia humana, a muchos –por no decir todos- nos cuesta entender las consecuencias y el peligro que este conlleva. Como podemos apreciar en los documentales “Victimas de Facebook” y “Términos y condiciones”, las redes sociales representan un mecanismo de control social impresionante. No estamos al tanto de lo que aceptar los términos y condiciones de una red social o alguna página de internet significa. Asimismo, el simplemente difundir una foto personal o responder a las frecuentes preguntas ¿En qué estás pensando? O ¿Qué está pasando? de las redes, puede generar cosas que jamás imagináramos. Posiciones como la de Netiqueta pueden ser un recurso útil. Un mecanismo de “defensa” por así decirlo frente a la amenaza del control del internet. Podría decirse que Netiqueta se trata de un código comportamental como si se tratase de una Londres victoriana del siglo XVIII. Ahora no nos protegemos de los prejuicios y criticas sociales sino del abuso e invasión de la privacidad. 

​

En el año 2015, un meticuloso estudio realizado por Oscar Amaris Montero, egresado de la Pontificia Universidad Javeriana en Ciencia Política y relaciones internacionales, nos evidencia un caso particular en Bogotá en el cual se generó un caso de incidencia de los medios digitales y las redes sociales en el comportamiento de la población.

 

Para aquel año, se estimó que con respecto al 2014, las cifras de manifestaciones en el Transmilenio, principal sistema de transporte masivo de la capital colombiana, habían reducido de 189 a 35, y de 727 a 128 en casos de bloqueos. No obstante, en uno de esos 128 casos, el panorama surgió debido a la influencia generada por las redes sociales y el flujo de información difundida por los usuarios del sistema de transporte público. Retomando a McLuhan, Amaris plantea la idea de cómo el auge de las redes sociales terminaría generando que toda la naturaleza humana fuese “traducida rápidamente en sistemas de información que producirían una enorme sensibilidad global y ningún secreto” (Mcluhan,1993:13), es decir, que todos tengamos la facilidad de manifestar tanto nuestras ideologías y comportamientos como situaciones y problemáticas actuales a través de las redes. Dicho panorama, según Amaris, conlleva a la llamada Cultura Mediática (Stevenson, N. 1995) y la Aldea Global (McLuhan, 1993) en la Teoría de Nuevos Medios de la Comunicación.

En cuanto al caso en específico, Amaris da a entender las siguientes cifras:

Gracias al análisis de ComScore, el promedio de visitantes online en Colombia supera el promedio global. 1404 minutos por visitante y aproximadamente 12.5 millones de visitantes. En Facebook hay alrededor de 1.44 billones de usuarios y casi 11.6 millones en Colombia para el 2014. En Twitter son 284 millones de usuarios con 500 tweets al día. En Colombia, son 2.65 millones de usuarios.

 

“Facebook, Twitter, las cuales constituyen herramientas a través de las cuales un número importante de personas logra comunicarse en sincronía dando cuenta del estado local o global de la sociedad frente a un fenómeno o evento en particular.." (Economia y Negocios online, Las redes sociales e internet generan "inteligencia colectiva", documento recuperado de: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=152249)

 

Lo ocurrido en el caso del Transmilenio, fue que a través de unos cuantos tweets iniciales acerca de rumores de manifestaciones y bloqueos en el Transmilenio que pudieran afectar la calle 26, las personas se fueron contagiando de la idea a raíz de inconvenientes con el sistema de transporte y la no resolución de problemas y quejas. A medida que se difundía la información, se presentarón más y más bloqueos alrededor de la ciudad, practicamente colapsando el sistema entero.

​

Para Amaris, el problema radica en que las redes sociales en estos casos están generando mayor participación por parte de los usuarios, pero que sin embargo no produce reacción alguna por parte del sistema en busqueda de alguna solución:

“Esto dificulta poner un orden hacia el nivel más alto de la participación ciudadana, que sería ejercer el control de la comunidad sobre el problema público, dejándolo solamente en una manifestación digital que podría llegar a generar eco en las redes sociales pero no está generando un cambio en la gestión pública”.

La incontable cantidad de cambios generados dada la innovación y el desarrollo tecnológico pueden significar sin duda un gran paso en la humanidad así como el inicio de una nueva era llena nuevas oportunidades y estrategias útiles, como se muestra en algunos casos del documental “Victimas de Facebook”, donde dicha red social ejerció de puente de conexión entre familiares.  Sin embargo, esto debe ir de la mano con la actitud y responsabilidad de las personas y entidades u organizaciones con el fin de alcanzar una meta clara y útil. En la actualidad el uso de medios digitales como las redes sociales u otros, significan claramente un gran instrumento para la difusión de información y de un rápido alcance para el público. Sin embargo, tanto emisores como receptores deben tener claro el correcto uso de éstos en pro de no ser ni generadores de un propósito erróneo, ni de ser presas de ellos, algo que deja claro Oscar Amaris en un punto de su trabajo:

“En la actualidad, existe una zona gris entre las exigencias que nacen del control y exposición de la ciudadanía a través de redes sociales y la participación de la nueva gestión pública en la solución del problema. El uso de las redes sociales como instrumento de control social frente la respuesta de la gestión pública en temas de movilidad, demuestra que todavía la ciudadanía y las instituciones no tienen clara la dinámica de las redes sociales como elementos de participación ciudadana que la puede llevar a interactuar con el fin de dar posibles soluciones a problemas que los afecta”.

 

La percepción de Amaris al respecto y mi opinión en cuanto al tema, más aún después de haber visto los documentales, no distan bastante. Los medios digitales y redes sociales pueden parecer puro entretenimiento, utilidad y facilidad en nuestra cotidianidad, sin embargo, no estamos al tanto de los diversos panoramas que éstos plantean en nuestras vidas. La realidad es que es un riesgo, un riesgo que ingenuamente hemos decidido ignorar.

 

​

Referencias:

 

Amaris Montero, Ó. E., & Rojas Parra, F. (2015). Las redes sociales como herramienta de control social el caso de transmilenio. Bogotá

bottom of page